EL “HACKER” QUE CAMBIÓ TELEFÓNICA: CHEMA ALONSO Y LOS MOTIVOS DE SU SALIDA

 


Cuando se habla de Chema Alonso, lo primero que viene a la mente es su característico gorro de lana y su fama de “hacker” mediático. Durante años, Alonso fue uno de los ejecutivos más visibles de Telefónica. Ayudó a moldear su transformación digital, pasó por cargos como Chief Data Officer (CDO) y dirigió proyectos de ciberseguridad e inteligencia artificial (IA) que aspiraban a llevar a la operadora a la vanguardia del sector. Sin embargo, según confirmaba recientemente  su ciclo en la multinacional llega a su fin tras casi 13 años.

Chema Alonso empezó dando clases de informática en su adolescencia. Con el tiempo, se licenció en Ingeniería y se doctoró en Seguridad Informática, labrándose un nombre en la escena del hacking ético en España. La fundación de su propia empresa, Informática 64, y su participación en conferencias internacionales le valieron reconocimiento y prestigio. Además, recibió la distinción de Microsoft MVP (Most Valuable Professional) en el área de seguridad corporativa, un galardón que pocos obtienen.


La Creación de ElevenPaths y el Salto a Telefónica

En 2013, Telefónica adquirió Informática 64 y la rebautizó como ElevenPaths, su filial de ciberseguridad. Con ello, Alonso se sumó al grupo liderando esta nueva división y, poco después, José María Álvarez-Pallete –en aquel momento, recientemente designado presidente de Telefónica– lo promocionó como Chief Data Officer (CDO). Era una apuesta inusual en el sector de las telecomunicaciones: un hacker reconocido entrando en la alta dirección de una gran corporación para impulsar la innovación y la digitalización.

Durante su trayectoria en Telefónica, Chema Alonso se encargó de liderar iniciativas como:

  • Aura, el asistente virtual de Telefónica basado en IA. Aunque generó grandes expectativas, no logró popularizarse al nivel de los asistentes de Amazon o Google.

  • Movistar Home, un dispositivo para el hogar conectado con el que Telefónica quiso adentrarse en el segmento de los altavoces inteligentes.

  • LUCA, la plataforma de Big Data para empresas, centrada en analítica de datos y servicios a terceros.

  • Cuarta Plataforma, un ambicioso proyecto para dotar de mayor transparencia y control al usuario sobre sus datos.

  • Open Gateway, un movimiento más reciente para abrir capacidades de red mediante APIs globales, buscando un ecosistema colaborativo con otras grandes tecnológicas.

Cada uno de estos proyectos reflejaba la visión de Alonso sobre cómo la tecnología y la ciberseguridad podían transformar la operadora. Telefónica pasó así de ser vista como una compañía “tradicional” de telecomunicaciones a ser reconocida por su apuesta en IA, análisis de datos y seguridad digital.


Un estilo disruptivo y cercano

Uno de los factores que más llamó la atención fue la personalidad de Chema Alonso: atuendo informal, lenguaje coloquial y su inseparable gorro lo hicieron destacar en un entorno corporativo tan tradicional como el IBEX-35. Aun así, su experiencia técnica y su habilidad como comunicador le permitieron conectar con jóvenes talentos y con otros hackers, además de ayudar a formar en seguridad a diferentes perfiles dentro de la empresa.


Razones de una salida anunciada

Según la nota de prensa oficial de Telefónica, la marcha de Chema Alonso se produce en medio de una reestructuración interna liderada por el nuevo CEO de la compañía, Marc Murtra. Se están realizando cambios de calado en el equipo directivo y, en ese contexto, varios proyectos clave no habrían alcanzado los objetivos esperados. 

Algunos analistas señalan también una pérdida de fuerza de la posición de Alonso dentro de la nueva estrategia de Telefónica, más centrada en resultados a corto plazo y menos en proyectos de innovación a largo plazo. El propio Chema Alonso –apunta El Confidencial– reconoció en un vídeo en redes sociales que su etapa en Telefónica tocaba a su fin y agradeció la confianza depositada en él durante casi 13 años.

El Legado de Chema Alonso

En su despedida, Telefónica resaltó la labor del hacker español impulsando la cultura de la innovación y subrayó su aportación a la transformación digital de la operadora. Sus esfuerzos en ciberseguridad y la creación de ElevenPaths como unidad de referencia internacional quedarán marcados en la historia de la compañía.

Aunque la marcha de Chema Alonso cierra un capítulo, su trayectoria deja un profundo legado: normalizó la figura del “hacker bueno” en una gran empresa y contribuyó a que la ciberseguridad y el big data ganasen un lugar prioritario dentro de Telefónica.

Por el momento, no se conoce con certeza cuál será el siguiente paso profesional de Chema Alonso. Al tratarse de una figura tan mediática y con amplia experiencia en el sector de la seguridad, muchos esperan que se embarque en nuevos proyectos de emprendimiento o se sume a otra gran tecnológica. Lo cierto es que su influencia en el panorama de la ciberseguridad española se mantiene intacta, y no sería de extrañar que siga dando que hablar en su faceta de investigador y divulgador.

En definitiva, la historia de Chema Alonso en Telefónica es la de un experto en ciberseguridad que llevó sus conocimientos técnicos, su ADN hacker y su pasión por la innovación al núcleo de una de las mayores operadoras del mundo. Con su salida, concluye una de las etapas más llamativas de transformación digital en la historia reciente de la compañía. Falta ver si la reestructuración en marcha logrará mantener vivo el espíritu disruptivo que Alonso sembró durante su larga trayectoria.

La salida de Chema Alonso, sin duda, deja un vacío significativo en Telefónica y, por extensión, en la industria tecnológica española. Con la inteligencia artificial a punto de revolucionar por completo los procesos y la competitividad de las empresas, apostar por estrategias centradas únicamente en resultados inmediatos en lugar de la innovación a largo plazo supone un evidente paso atrás. Que un perfil disruptivo como el de Alonso se desvincule de la operadora ilustra cómo la dinámica del IBEX-35, con su obsesión por el corto plazo, termina infravalorando el peso del I+D y el talento creativo. Mientras la toma de decisiones siga en manos de directivos con escasa cultura tecnológica y visión estratégica, será difícil que las grandes corporaciones de España, entiendan y aprovechen plenamente el poder transformador de la tecnología y la investigación para impulsar el progreso económico y social.


Para sabes más.

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