AMAZON Y LA CARRERA HACIA EL BILLÓN DE DÓLARES


La gente está sugestionada hasta tal extremo, tan embelesada por la tecnología que es incapaz de concebir que hay detrás de empresas como Amazon.

En Amazon han sido pioneros en motores algorítmicos de recomendación basados en aprendizaje automático que pueden respaldar con precisión compras futuras con un alto potencial de interés para sus usuarios, basadas en una combinación de comportamiento de navegación y actividad de compra tanto a nivel individual como agregado.

Asusta saber que esta capacidad ya no se limita al propio sitio o aplicaciones de Amazon. Muchos desconocen que cuando un cliente de Amazon acepta cookies en su web, la empresa puede recopilar datos contextuales, temporales y de comportamiento en tiempo real que, combinados con la información que han recabado durante la navegación en la web de Amazon y las preferencias de compra, pueden hacer predicciones aún más precisas para cuando ese cliente regrese a la web de Amazon. 

Su inmenso poder es bastante sutil, pero forja las estructuras mentales del consumidor del siglo XXI. Para ello se vale del púlpito de miles de periodistas, blogger y portales de tecnología que alaban sus prácticas: en el fondo todos querían ser Jeff Bezos (el dueño de Amazon). 

En esta estrategia no hay nada que sea inocente “aprovechamos todos los datos que se tienen sobre el cliente para personalizar las experiencias y hacerlas mucho más relevantes y satisfactorias para él”. Y yo me pregunto ¿De verdad quieres que me crea eso?

AHORA TOCA EL MUNDO OFFLINE

Hace poco más de un año se anunciaba Amazon Go, una tienda autoservicio, sin cajas registradoras y potenciada por inteligencia artificial (un nombre bonito del concepto Gran Hermano) para que el cliente entre, tome los productos y se retire sin tener que hacer largas filas. La primera Amazon Go se abrió meses tras en Seattle. El primer paso para comprar en esta tienda es descargarse la app (iOS y Android) al smartphone y tener una cuenta en Amazon.

Al ingresar, el usuario escanea un código QR en unas máquinas que están en la entrada. Luego hay que tomar los diferentes productos de las góndolas y el sistema automáticamente añadirá estos ítems al carrito virtual del usuario. El detalle de la compra se puede ver en la aplicación.

La tienda cuenta con un sistema de sensores y cámaras para identificar qué compró cada cliente. Una vez hecho esto, el usuario simplemente se retira del local y el sistema le cobrará la compra. No hace falta pasar por ninguna caja registradora. Este es el punto más novedoso de este sistema: los escasos empleados necesarios están presentes solo en la cocina y en labores de reposición de mercancía.

Amazon se sigue expandiendo en el mundo de los supermercados (entre otros). En junio del año pasado adquirió Whole Foods Market, dedicado a la venta de productos orgánicos.


HACIA DONDE VA AMAZON

Su objetivo es que, dentro de diez años, cuando entres en un supermercado verás más comidas preparadas. Conocerán e influirán tanto en la decisión del consumidor que ya sabrán qué es lo que les gusta, lo que no y lo que se proponen comprar antes de entrar a una tienda. Lo que seguramente no veremos es un montón de estanterías con alimentos y una larga fila de gente esperando a pagar en las cajas registradoras (menos empleo).

Al mismo precio, pero con una logística más optimizada y eficiente que los establecimientos tradicionales, los beneficios económicos están asegurados. Su camino del ONLINE al OFFLINE buscando el omnicanal es clara. El conocimiento del cliente y su segmentación son claves que maneja a la perfección Amazon, y que le ayudará a optimizar su oferta de productos y servicios en los supermercados, mejorar sus inferencias sobre futuras compras y generar oportunidades de venta cruzada.


AUN HAY MAS

Google y Facebook son sin discusión los dominadores de la publicidad online. Durante el pasado 2017 facturaron más de la mitad de la publicidad online mundial. Google controla un 40% y sus ingresos por este apartado superan 28.500 millones de dólares. Facebook factura unos 16.300 millones de dólares. Además, la tendencia de ambas empresas es al alza: se prevé que este año Google mejore sus ingresos un 15% y Facebook un 32%.

Sin embargo, la irrupción de Amazon como un nuevo actor en este mercado es un dato a tener en cuenta. Como bien apunta un estudio JP Morgan, por su parte, Amazon cuenta con una cantidad ingente de información propietaria que la diferencia de Google -Facebook. Es la única que sabe qué compran los clientes hasta ahora solo online, ahora también offline. 

Su capacidad para generar publicidad más efectiva y personalizada asusta. Posee valiosísima información de sus clientes que puede tratar a nivel agregado e individual. Lo vasto de su base de clientes y datos, junto con su capacidad tecnológica, le permite experimentar, llevar la segmentación al límite y generar nuevos datos que le llevaran a la generación de ingresos adicionales y márgenes más altos.

Desde sus inicios Amazón ostenta una sólida trayectoria de crecimiento en volumen de actividad, cifra de negocio y valoración. Por capitalización bursátil en Wall Street solo Alphabet (Google) con un valor de 746.000 millones de dólares y Apple con 849.000 millones, superan a Amazon 702.000 millones de dólares que meses atrás superó a Microsoft, con 670.000 millones de dólares.

A estas alturas nadie duda que Amazon será protagonista indiscutible del mercado publicitario. La cuestión estriba en saber si serán capaces los gobiernos de aprobar leyes pensadas para restringir el uso de datos de los usuarios en sectores específicos, que impidan, por ejemplo, que Amazon casi decida los que compraras en el supermercado en los próximos años. 

Hay que tomar medidas enérgicas contra las violaciones de privacidad y el papel de los datos en una publicidad cada vez más segmentada y sibilina. Dudo que sean tomadas de forma eficaz.


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