El desafío del mínimo consumo energético


Los edificios son responsables de más de un 40% de la energía que se consume en la UE. El 50% de la energía que se pierde lo hace a través de los cerramientos opacos. Una parte importante de este consumo puede reducirse a través de medidas de eficiencia energética. En España hay unos 26 millones de viviendas que necesitan ser rehabilitadas energéticamente, y para cumplir con los objetivos energéticos marcados por la UE para 2018 y 2020, sería necesario rehabilitar, mejorando su aislamiento, una media de 400.000 viviendas por año.

Mientras los países de nuestro entorno empezaron a trabajar con aislamientos térmicos hace ya bastante tiempo, en nuestro país tardó demasiado en prestarse atención a un aspecto como éste, tan relevante.


Poliestireno expandido

Son muchos los sectores industriales los que utilizan el poliestireno expandido por su larga lista de cualidades, entre las que destacan su ligereza, amortiguación de impactos, aislamiento térmico y acústico, resistencia a la humedad y al envejecimiento y por su gran versatilidad. Así en el sector de la construcción es ampliamente utilizado por los beneficios medioambientales que ofrece derivados de su función de aislante térmico, que reduce el gasto de energía por concepto de calefacción o refrigeración. Este material no contiene ninguna sustancia dañina o tóxica para el entorno y puede ser reciclado a partir de un simple proceso de triturado mecánico.

Espuma de poliuretano

Un producto que brinda excelentes resultados es la espuma de poliuretano. Tiene un coeficiente de conductividad muy bajo por lo que no necesita ser muy grueso para obtener un buen coeficiente de aislamiento. Su inconveniente es que debe estar muy bien aislado de posibles incendios porque al quemarse desprende ácido cianhídrico que es tóxico para el ser humano.

Espuma elastomérica

La espuma elastomérica tiene un coeficiente de conductividad muy similar al poliuretano. Tiene la ventaja de que se puede instalar fácilmente, disminuyendo así el gasto de mano de obra. Además soporta perfectamente al fuego. Al igual que el corcho blanco, los rayos ultravioletas lo atacan, por lo que necesita estar protegido.

Vidrio expandido

Este material, además de sus cualidades térmicas, cumple muy bien el rol de barrera de vapor. Esto lo hace apto para evitar puentes térmicos como uniones entre muros y pilares, carpintería y mampostería por ejemplo. A pesar de sus bondades, no es un material muy empleado en la construcción.

Para saber más

“Aislamiento térmico, el desafío del mínimo consumo energético” en la revista Promateriales 


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