COVID 19: UNA OPORTUNIDAD PERDIDA PARA LA FORMACIÓN ONLINE


Año 2020, el mundo se enfrenta a una pandemia por #Covid19. En España, el Gobierno de Madrid decreta la suspensión de toda la actividad educativa a partir del 11 de marzo para evitar la expansión del virus. El resto de comunidades autónomas del país secundan la medida días después. Mas de 8 millones de alumnos no universitarios y unos 670.000 profesores empiezan un experimento de formación no presencial que durará hasta el final del curso, no volverán a clase. La misma situación sufren los mas de millón y medio de estudiantes universitarios.

LO PRIMERO RECONOCIMIENTOS.

Quiero lo primero destacar, el esfuerzo titánico del profesorado para tratar de impartir las materias y sacar el curso adelante. Esta país tiene una deuda impagable con determinados colectivos durante la pandemia y uno de esos colectivos, es sin duda el de los docentes.

EL RESULTADO.

Como a los sanitarios, que les mandaron a la guerra contra el virus sin EPI (más de 100 profesionales muertos) a los profesores le dejaron con los niños en casa, sin herramientas. Los más afortunados, una minoría, contaban con alumnos con una conexión a internet, ordenador en casa (a veces compartido entre hermanos) y plataformas como Google Classroom (con sus grandes carencias). Durante estos meses de aislamiento se evidenciaron las deficiencias digitales del sistema educativo español, pese a la buena voluntad de docentes y alumnos. El problema no solo es el hardware (ordenadores), las comunicaciones (Internet), sino también el software, es decir las plataformas de formación utilizadas.

AUSENCIA DE ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE.

Estos entornos, son espacios virtuales que reúnen tecnología y contenidos para que se lleve a cabo una formación e-learning sobre plataformas web LMS. Un LMS (Learning Management System) es un sistema de gestión de contenido formativo que permite crear, desarrollar y publicar contenido para añadirlo a la experiencia formativa. Las soluciones más avanzadas engloban tanto a la propia gestión de los cursos, el aula virtual donde se desarrollan las actividades, los alumnos. Un LMS debe de aportar como mínimo:

  • Aulas virtuales. Aportan los materiales interactivos y multimedia de los cursos digitales. El aprendizaje mediante aulas virtuales ofrece mayor flexibilidad y alcance permitiendo la comunicación entre profesores y alumnos, permitiendo impartir clases sin que los alumnos tengan que desplazarse al centro. Las plataformas se encargan de registrar la asistencia de los alumnos y las valoraciones del profesorado para añadirlo a sus informes y sus estadísticas. No es lo mismo que las videoconferencias utilizadas durante la pandemia.
  • Control de la evolución. El registro y seguimiento de la progresión de los alumnos, de forma que permita una formación mas individualizada enfocada a corregir las carencias que presenten los alumnos en su aprendizaje, facilitando la labor de los docentes al tenar una foto más real y actualizada del progreso de cada uno de sus alumnos.
  • Sistema de evaluación continua. En la educación presencial siempre se habla de este aspecto pero su implantación es muy discutible. En este tipo de plataformas la evaluación continua automatizada es el verdadero cambio de paradigma de los sistemas de e-learning. El alumno está constantemente siendo evaluado en tiempo real, ofreciendo a los profesores y alumnos resultados con herramientas para analizar sus fallos y aprender de ellos. Además el trabajo diario que se hace en la plataforma queda registrado, por lo que día a día el sistema va almacenando las valoraciones que obtienen los estudiantes, su progresión, su esfuerzo, calculando una notas finales mas justas y equitativas.

PLATAFORMAS LMS.

Hay muchísimas soluciones de LMS orientadas a entornos académicos. Moodle es una de las conocidas con gran presencia en universidades extranjeras, pero hay otras como Sakai, Chamilo o Canvas LMS.

NO FUE e-LEARNING

Como el lector podrá comprender, este panorama dista mucho de las herramientas utilizadas por alumnos y profesores durante esta pandemia. Nuestros hijos, en especial en etapas no universitarias, no tuvieron formación online durante esta pandemia, sino que tuvieron formación por videoconferencia, y entre ambos conceptos media un abismo. El e-learning permite clases virtuales efectivas y eficientes, la videoconferencia y el email no.


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